Pyrotechnic mural at El 123 Gallery, Mexico City, January 2019
Pyrotechnic mural at El 123 Gallery, Mexico City, January 2019
Pyrotechnic mural at El 123 Gallery, Mexico City, January 2019
Pyrotechnic mural at El 123 Gallery, Mexico City, January 2019
Pyrotechnic mural at El 123 Gallery, Mexico City, January 2019
Pyrotechnic mural at El 123 Gallery, Mexico City, January 2019
Pyrotechnic mural at El 123 Gallery, Mexico City, January 2019
Pyrotechnic mural at El 123 Gallery, Mexico City, January 2019
Pyrotechnic mural at El 123 Gallery, Mexico City, January 2019
A visual ode to a country raided by violence, poverty and despair. Composed from a mashup of Roberto Bolaño and Dr. Atl’s work, poignant and critical witnesses of their times and visionaries of the country’s fierce future. Five years after leaving Mexico, I find myself in Bolaño’s poetry, where the abyss is the US-Mexico border with burning skies that resemble Dr. Atl’s volcanic paintings; where the void I left is filled by tourists who occupy the poetry and the happiness and the sunrises and the subway that I once inhabited; where the darkness of a black cloud of smoke that covers the mountains erases all metaphors and images; where despair becomes fury, like the Paricutin, the nascent volcano, the wake of fire in Dr. Atl’s paintings. But when the black cloud is dyed pink, I realize that I never left.
Curandería (curated by): Luis A. Orozco
Poetry: Roberto Bolaño, La Universidad Desconocida, 1977-1993
Reference painting: Gerardo Murillo “Dr. Atl”, Paricutín, 1943
Mural: Luis A. Orozco & Adela Goldbard
Smoke bombs: Pirotecnia Sánchez
Documentation: Fernando Etulain, Pavka Segura, Adela Goldbard
Y el horizonte es una sola nube negra:
Por las montanas del Este baja la tormenta
—Para María-Salomé
Ya no hay imágenes, Gaspar, ni metáforas en la zona.
Policías, víctimas, putas armadas
con desechos militares, maricas,
árabes, vendedores de lotería,
feministas que escriben en sus habitaciones.
La desesperanza. La furia. El atardecer.
—Sin título
Esos cielos pintados por el Dr. Atl, ¿los recuerdas?
sí, los recuerdo, y también recuerdo las risas
de mis amigos
Cuando aún no vivían dentro del mural laberíntico
apareciendo y desapareciendo como la poesía verdadera
esa que ahora visitan los turistas
Borrachos y drogados como escritos con sangre
ahora desaparecen por el esplendor geométrico
que es el México que les pertenece
El México de las soledades y los recuerdos
el del metro nocturno y los cafés chinos
el del amanecer y el del atole
—Atole
Nada quedará de nuestros corazones.
Ni de los techos de piedra que nos vieron.
Palidecer.
—Escribe lo que quieras
Demos gracias por nuestra pobreza, dijo el tipo vestido con
harapos
Lo vi con este ojo: vagaba por un pueblo de casas chatas,
hechas de cemento y ladrillos, entre México y Estados
Unidos.
Demos gracias por nuestra violencia, dijo, aunque sea
estéril
como un fantasma, aunque a nada nos conduzca,
tampoco estos caminos conducen a ninguna parte.
Lo vi con este ojo: gesticulaba sobre un fondo rosado
que se resistía al negro, ah, los atardeceres de la frontera,
leídos y perdidos para siempre.
—El Gusano
Te regalaré un abismo, dijo ella,
pero de tan sutil manera que sólo lo percibirás
cuando hayan pasado muchos años
y estés lejos de México y de mí.
Cuando más lo necesites lo descubrirás,
y ése no será
el final feliz,
pero sí un instante de vacío y de felicidad.
Y tal vez entonces te acuerdes de mí,
aunque no mucho.
—Sin título